y sin más.

Un día toda tu idea que tenías establecida se desmonta. Se acabó todo aquello que creíste a conciencia, todo lo que tú vista creaste para entender lo que pasaba a tu alrededor.

Pero de repente, todo eso cambia y no hay un explicación racional. Podría decirse que es un "cúmulo de factores" que lo hicieron posible. Todos estos factores comienzan a moverse por el espacio y su unión hace obtener un resultado. Dicho resultado se palpa en el ambiente pero tu aún no eres consciente de lo que ha pasado, no puedes ponerle nombre a lo que ha sucedido.

Cuando por fin eres capaz de describir como te sientes. Comprendes que todo es intangible y que nada tiene solución. Las cosas sucedieron así porque así debió ser.

Días de lluvia en primavera

Hoy es uno de esos días en los que antes de despertar ya escuchabas la lluvia de la calle. Uno de esos en lo que al despertar no has visto el radiante sol y parece que el día no puede depararte nada mejor que esas gotas caer por la ventana. 

Hoy es uno de esos días en los que te quedas en casa, con un café bien caliente y una buena película. Nada parece suficiente, esa extraña calma aparente no es real y tú necesitas acción. Todo a tu alrededor gira a una velocidad demasiado lenta, o tú, demasiado rápido. 

Hoy es uno de esos días en los que intentas reflexionar a cerca de tu vida, de lo que estas haciendo, que es lo que te hace feliz, que cosas te hacen daño, pero me cansa pensar tanto. Me agota tener que poner nombre a los sentimientos, a las situaciones y a las relaciones. Porque prefieres sentir, cerrar los ojos y dejarte llevar por esa vorágine de sentimientos. 

Ponte los zapatos que comenzamos.

Agujeros en la cabeza, tornados en el corazón, remolinos en el alma.

Vacíos que se quedan, vacíos que se ocupan, heridas abiertas y otras que se cierran sin darnos cuenta.

Palabras que dices, aquellas que no dices. Espacio entre lo que decimos y lo que pensamos.

Miedo a lo nuevo, a lo cotidiano, al cambio, a la rutina... Desgarro por lo que perdemos, por lo que podemos perder, por aquello que sin tenerlo ya sufrimos por ello.

Amaneceres, atardeceres, a veces parece lo mismo, otras no queremos que llegue ninguno de los dos. 

Camino que andamos, nos perdemos y nos lamentamos. Caminar parece sencillo, pero sólo a veces, otras arrastramos el peso de nuestras mochilas de pesadas piedras. 

A veces, vamos soltando piedras por el camino para no perdernos, siempre es más seguro aquello que conocemos, otras, no queremos volver atrás. 

Corre, salta, cae, levántate, así de simple, así de complicado. 

Lamentarse pero viviendo, porque ese lamento dará paso a nuevas oportunidades, a nuevas sensaciones por descubrir.

Inmersos en un pozo, donde hay días que somos sólo oscuridad, otros la luz nos ciega, y a veces, esa misma luz nos enseña la salida. 

Ponte los zapatos, comienza a caminar y nunca pares porque te perderás la esencia de la vida. 

Tropieza, pero haz que el hombre no sea el animal que lo haga dos veces.

Amaneceres, atardeceres, a veces parece lo mismo, otras no queremos que llegue ninguno de los dos. 

Camino que andamos, nos perdemos y nos lamentamos. Caminar parece sencillo, pero sólo a veces, otras arrastramos el peso de nuestras mochilas de pesadas piedras. 

A veces, vamos soltando piedras por el camino para no perdernos, siempre es más seguro aquello que conocemos, otras, no queremos volver atrás. 

Corre, salta, cae, levántate, así de simple, así de complicado. 

Lamentarse pero viviendo, porque ese lamento dará paso a nuevas oportunidades, a nuevas sensaciones por descubrir. 

Inmersos en un pozo, donde hay días que somos sólo oscuridad, otros la luz nos ciega, y a veces, esa misma luz nos enseña la salida. 

Ponte los zapatos, comienza a caminar y nunca pares porque te perderás la esencia de la vida. 

Tropieza, pero haz que el hombre no sea el animal que lo haga dos veces.